martes, 16 de junio de 2009

Producción escrita.

Estaba solo, numerosos policías me perseguían, esta vez mi fascinación por los diamantes me había traído muchos problemas. Ellos llevaban estandartes, me seguían persiguiendo. Decidí empezar a correr, el césped estaba mojado y patinoso, por mala suerte me caí y mi camisa se empapo. Me levante y seguí corriendo, los policías me estaban alcanzando, me escondí atrás de un montículo de basura, así los despiste.
Uno de los policías quedo perplejo al no encontrarme, en ese momento las calles estaban desoladas, hasta que un odioso perro policía me encontró, empezó a ladrar al mismo tiempo que la campana sonaba. Los numerosos policías me encontraron, estaban tan felices de haber encontrado al ladrón, pero yo no estaba nada feliz, tenía ganas de llorar, me tenia tanta repugnancia a mi mismo. La fascinación me había llevado a cometer algo tan feo.
El perro escarbo mis diamantes, esa fue la ultima vez que los vi.

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