Nueva en el colegio

Odio el colegio, odio las materias, odio ser nueva...

Me llamo María Barclay y mañana empiezo primer año. A diferencia de otras chicas voy a ser la nueva en el colegio, la nueva entre lo numerosos alumnos y alumnas que ya tienen sus grupos de amistad formados ¿Yo con quién voy a estar?¿Quién va a aceptarme?¿A quién le dará fascinación conocerme? Son muchas las preguntas pero pocas las respuestas.

Miré el reloj, no había dormido en toda la noche; mi mama ya me iba a despertar. Era mejor empezar a hacer todo ahora y llegar temprano al colegio, es muy común de mi llegar tarde.

Me subí al auto y al cabo de diez minutos pude observar los flamantes estandartes de mi nuevo colegio, y el césped verde que lo rodeaba. Así que me puse el blaizer arriba de la camisa y salí hacia la escuela.

Caminando a la entrada pude ver a varios chicos. Algunos, los más grandes, fumando en las escaleras y otros, opino que más chicos que yo, sentados sobre un montículo de tierra. De repente pasó un chico a mi lado que se había quedado perplejo observándome. Todavía no se su nombre, pero mediante nuestras desoladas miradas pude ver que era mi tipo. La verdad, por suerte, alguien me registra ¡Sería odioso que no me registre nadie!

Sonó la campana y corrí hacia mi aula. Como si fuera mentira, al entrar, lo vi a él y a sus cabellos dorados que le llegaban al hombro. La tutora del grado me presento en mi curso y me hizo sentar a su lado. Hable con el todo el día, su nombre era Juan y fue esa mañana cuando me enamoré profundamente de él.

A la salida lo encontré de vuelta pero no estaba solo, besaba a una chica alta y rubia, muy diferente a mi. Me vio y me saludo con la mano, lo saludé.

Me fui corriendo hasta mi casa, tenia ganas de llorar, me tiré en la cama, estaba mal. Me daba repugnancia yo misma porque me había enamorado de alguien que me escarbó el corazón pero que nunca entró.

Belén Paccioretti I°B