sábado, 6 de junio de 2009


Cultura
Simpática crónica sobre las palabras esdrújulas
Por Juana Libedinsky

LONDRES.- Una tía de esta redactora, cuyos poemas usando sólo lugares comunes en latín ("Quo vadis, homo erectus?/ Quo, in mapa mundi, vadis?", comenzaba uno) están siendo publicados en el célebre Handbook of the absurd ( Manual del absurdo) , se encontró recientemente con Eduardo Golbin, curador de la muestra que conmemorará el Bicentenario argentino en Londres. Lo que más le llamó la atención fue cómo Golbin insultaba con palabras esdrújulas (todos eran tránsfugas, hipócritas, maléficos o crápulas).
Se lo comentó entonces a la lingüista española María Jesús González Hernández, y juntas comenzaron a inventar títulos de libros en homenaje a las esdrújulas, que suelen tener mala prensa. Porque, además de ser favoritas para insultos, también se supone que son símbolo de quienes hablan de forma pretenciosa.
El resultado fue una lista de libros de distintos géneros, desde clásicos ( El triángulo , por Pitágoras) hasta ciencia ficción ( A Júpiter en góndola , por Hipócrates Alvarez), pasando por historia ( Vástagos ilegítimos en la vigésima década de la décima diócesis , por Penélope Cárdenas), suspenso ( Crímenes cibernéticos , por Hipólito Valderrábano), actualidad ( Políticos tóxicos y sus antídotos , por Arístides Dávila), y autoayuda ( Oye me, zángano y Medítalo, energúmeno, por Fátima Módena)
El tema se convirtió en una obsesión. Desde la Universidad de Cantabria, González Hernández envió una noticia publicada en un diario español sobre cómo los pájaros londinenses estaban cantando más alto por el ruido del tráfico, que tenía una cantidad de palabras esdrújulas sorprendente, y empezaron un intercambio epistolar que terminó en un poema a cuatro manos, titulado El éxodo bucólico de los trágicos pájaros . El texto empieza: "Insólito y patético/los pájaros británicos/se están volviendo afónicos /y no es cosa episódica?".
Allí fue un adelanto del Manual del a bsurdo. Y si hay fanáticos de las esdrújulas, que sienten que sin gritar "imbéciles" o "estúpidos" no están realmente insultando, o que si no están enamorándose hasta los tuétanos no están sintiendo nada, aún hay tiempo para contribuciones.

1 comentario:

  1. ¡Ja, ja! Qué bueno...
    Se me ocurren cosas para aprovecharlo en clase... ¡no me odien, así somos los profes!Ja, ja, en todo vemos una actividad...
    ¡Gracias por compartirlo!

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