Uno de esos tantos días de vacaciones salí a pasear con mi tío. Primero fui al parque, jugué en los juegos y mi tío me regaló dos glbos, uno blanco y uno rojo. Estuvimos ahí toda la tarde, él leía y yo jugaba. Luego, cuando ya se hizo tarde, él me acompañó a mi casa, en la Av. 9 de julio. Una calle muy abarrotada, llena de autos, publicidades, y sobre todo mucha gente. Me paré en la esquina esperando que el semáforo se pusiera en rojo. Miré el relog, eran las 19:45, cuadno me acomodé se me escaparon los dos globos, sin pensarlo, fui en busca de ellos. Y desperté aquí, mis padres junto a mi tío estaban a mi lado, llorando. Las imágenes se desvanecían segundo a segundo. Con mis ultimas fuerzas logré divisar a mis globos.
Facundo Iorfida y Facundo Lanza
martes, 21 de abril de 2009
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Buenísimo, chicos. Queda muy bien el relato en primera persona. ¡Gracias!
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