miércoles, 15 de julio de 2009

Algo que se me ocurrió



La montaña rusa:
Un día raro. Llueve en el parque de diversiones. Somos cinco personas. Solos en el parque, todo es silencio total. Enfrente de nosotros, la montaña más grande del mundo. Rápidamente todo se oscurece, todos callados ante los amenazadores carritos en los rieles de la gran montaña.
Todos esperamos ansiosos. Los carritos paran en la estación. Subimos con algo de miedo y adrenalina. Finalmente, los carritos empiezan su tenebroso trayecto. Despacio, nuestro carrito avanza con destino a la parte más alta de la montaña. Llegamos a la cumbre. Podemos ver todo el parque con nuestros ojos. De repente vemos que se acaban los rieles. Esperamos simplemente lo peor. Los carritos sin freno siguen avanzando en su trayecto mortal. Los rieles se van acortando a nuestros ojos. La sensación de temor e impotencia se apodera de todos nosotros. Pero nadie esta en el parque. Nadie sabe en que va a terminar.
Yo, que me encuentro en el primer carrito miro al que esta al lado mío, que no me dice nada, solo espera. Llegamos al último tramo antes de caernos al vacio, los carritos siguen acelerando. Nos caemos en el profundo abismo y me despierto, solo me pregunto una cosa: ha sido esto solo un sueño o la realidad.
Continuara.

Ezequiel J. Ciriacos
IºA

1 comentario:

  1. Muy bien la descripción de las sensaciones y el clima del relato...

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